Cuando nosotros los predicadores somos llamados por Dios para predicar su palabra, debe de haber una preparación biblia para llevar el mensaje pero también debemos tener una relación con Dios. El Espiritu Santo de Dios nos guía y nos enseña el camino que debemos de andar y como debemos proceder, ya que el pueblo que nosotros le predicamos le pertenece a Dios. Debemos ser responsables de cuidar esta gran responsabilidad y no permitir que por un descuido echemos a perder lo que Dios nos ha puesto en nuestras manos.
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